Aunque los síntomas de depresión en mascotas pueden variar de un a otro, los siguientes signos son los que con mayor frecuencia podremos detectar:
- Reducción de su actividad.
- Disminución de las interacciones con otras mascotas y con personas.
- Pérdida de interés por el entorno.
- Alteraciones en la alimentación, algunos dejan de comer mientras que otros comen compulsivamente.
- Postración, letargo y apatía.
- Incremento en las horas de sueño, aunque algunos perros pueden dormir menos.
- Gemidos, lloros o aullidos sin que sepamos qué los ha originado.
- Búsqueda de lugares tranquilos donde esconderse.
- Disminución de la afectividad.
- Modificaciones en el comportamiento.
- Ausencia de comportamientos de juego.
- Movimientos lentos.
- Posible incontinencia.
- Estereotipias, es decir, repetición del mismo comportamiento de manera compulsiva, como lamerse o mordisquearse las patas.
- Algunos mascotas se muestran ansiosos y/o agresivos.
Además, la depresión se clasifica en endógena y exógena, según si la causa es interna o externa. Aunque se hable de depresión en perros chihuahua, pug, poodle o husky, no hay una predisposición genética de estas razas concretas a la depresión, es decir, la depresión endógena o con base biológica podría darse en cualquier raza o cruce de perro. Es más habitual la exógena, consecuencia del entorno y con causas diversas.
Causas de depresión en mascotas
Hay diferentes situaciones que pueden estar detrás de la depresión en perros, como las siguientes:
- Depresión por separación: es una circunstancia habitual en la que la mascota va a desarrollar comportamientos depresivos, disruptivos y destructivos cuando se encuentra solo en el hogar.
- Depresión por muerte de otra mascota: al igual que las personas, las mascotas pueden experimentar el duelo tras la muerte de un compañero canino pero, también, de otra especie, pues lo que sienten es la pérdida del vínculo.
- Depresión por mudanza de domicilio o de familia: el cambio brusco en su rutina puede traer consecuencias negativas para la mascota que necesitará un período de adaptación y estímulos adecuados para restablecer el apego. En este punto puede incluirse la llegada de nuevos miembros a la familia, ya sean humanos o animales.
- Depresión por situaciones graves de estrés: conflictos en el hogar, peleas con otras mascotas o enfermedades pueden desembocar en una depresión que habrá que atajar en función del desencadenante.
- Depresión por socialización deficiente: aquellas mascotas separados tempranamente de sus madres y hermanos, o los que han sufrido maltrato, pueden presentar problemas de comportamiento entre los que se incluye la depresión. Consulta el siguiente artículo para saber «¿A qué edad se pueden separar los cachorros de su madre?».
- Depresión en hembras por pseudogestación o falso embarazo: en perras no esterilizadas, tras el celo, es posible que se desencadene una cascada hormonal como si la perra estuviese en estado, aunque no haya habido fecundación. Desarrollará instinto maternal y cambios en su comportamiento, entre los que se incluye la depresión. Al contrario, no hay depresión posparto en perras y si, después del parto, observamos a nuestra perra deprimida debemos consultarlo con el veterinario, ya que podría estar enferma.

¿Cómo tratar la depresión en mascotas?
Como hemos dicho, cualquier signo de los mencionados es motivo de consulta veterinaria porque, en primer lugar, hay que descartar que la mascota padezca alguna patología física. Si el diagnóstico es de depresión, es importante descubrir cuál ha sido el desencadenante y, en función de él, implantar medidas para mejorar el estado de ánimo de nuestra mascota. Las veremos en el siguiente apartado.
Profesionales como los etólogos o veterinarios especializados en comportamiento pueden ayudarnos a modificar conductas y entorno, de ser el caso. En aquellos perros en situaciones más graves el veterinario puede prescribir medicación.
¿Cómo animar a una mascota deprimida?
Sea cual sea la causa de la depresión de nuestro perro, podemos seguir una serie de medidas para ayudarlo a recuperar el ánimo:
- Lo más importante es que dediquemos todos los días tiempo para pasar en exclusiva con él. Las mascotas son animales de manada, familiares, que necesitan sentirse integrados en el grupo.
- El ejercicio adecuado a su edad, los paseos, que no se pueden limitar a la evacuación, juegos y, en definitiva, diferentes actividades, ayudan a mantener al perro entretenido, lo mismo que la educación en obediencia.
- En algunos casos podemos valorar la incorporación de un nueva mascota a la familia, lo que puede funcionar como elemento de activación para el deprimido. Eso sí, esta es una decisión que no puede tomarse a la ligera, de manera que recomendamos consultarla con un profesional, como puede ser un etólogo o veterinario, ya que recordemos que en algunas situaciones la llegada de un nuevo miembro puede empeorar el estado de depresión.
- No dejarlos muchas horas solos.
- Evitar situaciones estresantes que puedan agravar o perpetuar el cuadro.
- Seguir pautas de adaptación, según consejo profesional.
- Aunque no han demostrado más que efecto placebo, pueden utilizarse flores de Bach o productos con feromonas.
- Por último, la pseudogestación en perras se controla con la esterilización.