Para muchos, la agresividad en perros es un instinto natural que solo se puede controlar y suavizar con una buena educación y adiestramiento. Otros tantos aseguran que estos animales nacen sin conocer la maldad pero, como consecuencia de las malas experiencias, acaban desarrollando esos impulsos violentos.
Podemos deducir que la agresividad en perros no está relacionada con una raza concreta, ni con su sexo. Son las características físicas las que miden o pueden dar una idea del nivel de violencia de un posible ataque. En este sentido, no es lo mismo la mordedura de un chihuahua que la de un pitbull (por ejemplo).
Pero por muy dócil que sea, el carácter de tu mascota puede cambiar en cualquier momento como consecuencia de los siguientes factores:
- Enfermedad
- Vejez
- Cambios en el entorno
- Nueva mascota o bebé
- Ansiedad
- Miedos
Cómo calmar a un perro agresivo
Sea un rasgo de su conducta o un hábito adquirido, si notas que tu perro muestra cierta agresividad en determinadas circunstancias, debes ponerlo en manos de un especialista. Si no has conseguido identificar el origen, recurre al veterinario. Él podrá realizar un primer análisis en busca de enfermedades o trastornos, como la ansiedad por separación.
Si la causa es un error de disciplina, los especialistas caninos son la solución. Con sus entrenamientos, las mascotas aprenden a redireccionar sus impulsos y los dueños a dominar la situación. Además, los etólogos marcan las pautas para una correcta educación de los canes:
- Educación en positivo, sin violencia. Ya hemos hablado de la importancia de utilizar el refuerzo positivo en el adiestramiento canino. Pero, además, es importante no recurrir a ningún tipo de castigo físico contra el animal. Esta conducta podría provocarle miedo e, incluso, enseñarle que la violencia es la solución. Acabará utilizándola contra ti. No se trata de dominar al animal, sino de enseñarle a seguir unas normas de convivencia y obediencia básicas.
- Cubre sus necesidades esenciales. Para que no aparezca la enfermedad, el estrés o el malestar, tu mascota debe estar bien alimentada, con todas las vacunas y revisiones veterinarias realizadas y suficientemente entretenido (paseos, juegos, mimos…). Si esto falla, la agresividad puede hacer su aparición como mero acto de supervivencia. Se desconocen las causas que motivaron el ataque de los dos perros a sus dueñas, pero los veterinarios implicados en el caso confirmaron que carecían de vacunas y de documentación.
- Garantiza su socialización. Para evitar que tu pequeño peludo se subleve en presencia de otros animales o personas ajenas a la unidad familiar, debes encargarte de su socialización. Llévale al parque y permítele que juegue con otros perros, se acerque a otras personas.